domingo, 27 de mayo de 2012

LA TRAICIÓN DE NUESTROS GOBERNANTES


Históricamente, el delito de traición se aplicaba a conductas que quebrantaban la fidelidad o lealtad del ciudadano respecto al Estado. Casi siempre se aplicaba en situaciones de guerra, como son el caso del espionaje, cambiarse de bando, facilitar los medios al enemigo, etc. También existen traiciones famosas que incluso hacen que se aplique el nombre de su autor a cualquier traidor que es comprado por dinero; es el caso de Judas. Aunque en este caso, parece que el traidor se aplica a si mismo su castigo al descubrir el daño ocasionado. Otro tipo de traición tendría que ver con la falta de fidelidad conyugal; la traición de la persona amada, en muchos casos, por la mera satisfacción física o pasional. En fin, podríamos seguir relatando situaciones cotidianas de la vida donde la traición es el común denominador, donde el quebranto de la lealtad y la fidelidad son la base de los hechos. Pues yo miro a nuestros gobernantes y políticos y sus perfiles cuadran en todas ¿ cierto ?

Dicho esto, ¿cómo debemos llamar a políticos y gobernantes que quebrantan diariamente la fidelidad y la lealtad que deben a los ciudadanos que les eligieron democráticamente y que conforman el Estado Soberano? Porque ahora la traición es al revés. Ahora los políticos y gobernantes son los que traicionan descaradamente y sin ningún pudor a los ciudadanos que en la teoría y sólo en la teoría representan, porque en la práctica está más que demostrado que no tienen nada que ver con la voluntad y el sentir de los mismos. Ustedes no sólo han traicionado un voto, sino al votante o votantes que los eligieron y que han estafado cual encantadores de serpientes o vulgares trileros.

Sí, debemos de llamarlos por lo que son: traidores al pueblo que los ha elegido. Me da igual su marca comercial, PP, PSOE, IU, CIU, etc, etc,etc. Tras esas siglas que conforman la marca que han creado para postularse al poder, se esconde la más alta traición torticera y silenciosa que haya existido, quebrantando su lealtad al pueblo que les elige para un trabajo que no desarrollan y que puede acabar, como ya se está viendo, enterrando la democracia. Sí, porque la democracia está actualmente afectada por un virus mortal que ustedes han inoculado y del que difícilmente podrá salir viva, pues ustedes con sus actos y conductas la están condenando a una irremediable eutanasia.

Actualmente nuestro enemigo está camuflado bajo la palabra “Mercados”. Son ellos los que determinan y determinarán nuestro grado de calidad de vida, nuestra economía, nuestro mercado laboral, nuestros derechos y obligaciones, nuestra educación, nuestra salud, nuestro presente y nuestro futuro. Ustedes lo saben bien, porque es a ellos a quien sirven diariamente con sus compromisos de reducción del déficit, primas de riesgo, equilibrio fiscal, recortes en los servicios básicos, reformas laborales... Sin embargo esos “Mercados” tienen nombre y apellidos: son los especuladores, es decir, fundamentalmente los bancos, los multimillonarios con cuentas en paraísos fiscales ( esos a los que ustedes además le han hecho una amnistía fiscal, !pobrecitos! ), Banco Central Europeo, Agencias de Raiting ( que difunden falsas valoraciones para que sus representados especulen ), empresarios y empresas corruptas privadas y públicas... Pues está claro de qué bando se han puesto ustedes. Han cometido y cometen con alevosía traición. Nuestro dinero, el dinero público, ese que ustedes manejan y por el que se desviven, se entrega a bancos y cajas, bien sea a través de inyecciones directas ( como ahora es el caso de Bankia ) o vendiendo nuestra deuda a tipos muy elevados. Ustedes nos traicionan hipotecando nuestro presente y futuro con los bancos. Aunque ellos tienen libertad para invertir donde quieran y además de manera secreta. Y nuestro dinero es prestado por estos bancos a dictadores, traficantes de armas, explotadores o reposa en abultadas cuentas de banqueros en Suiza, Islas Caimán, Luxemburgo, Gibraltar u otros paraísos fiscales. Mientras, en España, diariamente se producen decenas de desahucios, cientos de despidos gratuitos, empeoramiento de los servicios públicos, subida de impuestos, disminución de la calidad de la educación, perdida irreparable de puestos de trabajo, aumento de la pobreza ( ahora más que nunca infantil )...Aunque sé que a ustedes no les afecta esta realidad.

Prueba de que además a ustedes todo esto les importa un pepino es su malintencionada actitud de querer hacer oído sordo a cualquier manifestación pública de protesta. Ahora tildan alegremente cualquier manifestación que se produce en la calle por ciudadanos desesperados que no hacen sino mostrar su indignación y su repulsa a su manera de hacer las cosas, con que es una convocatoria de carácter político de grupos radicales u opositores que pretenden crear un clima de crispación. Pues permítanme decirles que la mayor concentración de caraduras y traidores que hasta ahora he visto se junta diariamente en los parlamentos y senados nacionales y autonómicos. Aunque la mayoría de los días ni acuden a sus puestos de trabajo, ni cumplen lo que se espera de ellos, pero nadie los despide por fraude, estafa y traición a la confianza de los ciudadanos.

Es curioso que ustedes sepan ver con tanta claridad donde recortar para que las cuentas les cuadren ante sus amigos banqueros. Pues todavía no he oído ni siquiera decir que se podrían reducir los políticos a un 30%. !Con esto sí que íbamos a ahorrar!. Porque parece que los políticos son como las cucarachas: ves dos o tres, pero hay centenares escondidas. Pero creo que sería complicado, ustedes ya se han hecho muy resistentes por su poca vergüenza y el insecticida contra políticos tendría que estar muy concentrado.

!Qué grande es su traición! ¿Serán capaces como Judas de aplicarse su propio castigo? Lo dudo, porque ustedes son parte ya de ese enemigo. Su bando no es nuestro bando. Ustedes sirven a eso que llaman Europa ( mejor digan intereses económicos de bancos alemanes y franceses ) y que es una farsa constatada y dirigida por señores y señoras que ningún ciudadano europeo ha elegido. Lo peor es que nuestro trabajo y nuestro dinero son los que les dan de comer a todos ustedes.

Bueno como no quiero sembrar negatividad, que ya bastante tenemos con el panorama que debemos vivir por su culpa y al que parece que no cabe más que decir Amén, quiero dejar mi contribución positiva a todo esto. Porque creo que ahora tenemos ante nosotros una gran oportunidad de poder cambiar las cosas radicalmente, para salir de este sistema engañoso que cada vez hace más ricos a los ricos y más pobres a los pobres; un sistema en el que el dinero y sus secuaces escondidos bajo palabras como mercados, competitividad, solvencia, excelencia, calidad, no sea la base de todo, sino que el bien común, la desaparición de la injusticia social, el trabajo justo, el reparto equitativo de la riqueza, la educación, la cultura y a solidaridad sean la base que conforme una nueva sociedad, libre de prejuicios, barreras y engaños. A partir de ahora voy a ir proporcionando una serie de ideas que podemos ir llevando a cabo los ciudadanos para que ustedes se las vean y se las deseen. Tal vez entonces ustedes escuchen y hagan lo que sus ciudadanos les indican, no lo que les da la gana para perpetuarse en sus escaños como lapas adheridas al escay de sus cómodos asientos. Como estamos en guerra contra “Los Mercados” y creo que en general contra un sistema que está podrido, la solución tendrá que pasar por “operar por lo sano” y cortar esta gangrena que nos matará y matará nuestros derechos si no hacemos algo para derrocarles a ustedes, señores gobernantes traidores, de un lugar que no merecen ni respetan y al que traicionan sin escrúpulos. 

EL CHAMAN

martes, 1 de mayo de 2012

LOS INDIFERENTES


Las personas que mayor mal hacen al mundo, no son los malvados, los tiranos, los asesinos, los que roban, los avariciosos, los especuladores, los políticos... Creo que las personas que mayor mal hacen al mundo son los indiferentes.

Desgraciadamente asistimos a un mundo que en vez de afrontar los problemas y buscar soluciones se hace indiferente para no dejarse afectar, no comprometerse, no posicionarse. Los indiferentes se constituyen como una plaga cada vez más numerosa que pueden arrastrar gente de todas las edades y condiciones.

Dicen que estamos en la era de la comunicación, que ahora desde cualquier punto del planeta podemos conocer lo que está ocurriendo en el otro extremo en tiempo real. Televisión, radio, internet, teléfonos móviles, redes sociales... Nunca estuvimos tan bien comunicados. Sin embargo nunca estuvimos tan solos y aislados como ahora.

Los medios de comunicación se han convertido en herramientas de la frivolidad exentos de solidaridad y compromiso con el ser humano y nos convierten en espectadores pasivos, intrascendentes ante los acontecimientos, fabricando una realidad virtual que nos invita a no dejarnos afectar, a ser indiferentes con lo que ocurre. Nos hemos convertido en ganado alimentado con el pienso de la indiferencia que nace, crece, se reproduce ( aunque cada vez menos ) y muere. Nuestra vivencia se cambia por la mera supervivencia. Nuestros sueños, nuestras esperanzas se van sin que nos alarmemos por el retrete de la más absoluta indiferencia.

Los indiferentes no tienen nada que ganar, tampoco nada que perder. No esperan nada ni tampoco se espera nada de ellos. No se comprometen con nada, no arriesgan por nada ni por nadie. El arma que los exime de todo es la excusa.

Cada día asistimos con indiferencia a cualquier telediario. Han conseguido que no nos conmuevan imágenes de  miles de personas hambrientas que mueren en Africa, mujeres y niños explotados en lúgubres fábricas por renombradas multinacionales, las víctimas de balas y misiles patrocinados y fabricados por Occidente, abortos, enfermos, ancianos...Ahora nos conmueve más con quién se ha liado fulanito, a quién ha abandonado menganita o quién sale o entra esta semana del armario.

Hemos elegido la bandera de la indiferencia que no representa a nadie ni a nada como alternativa a la justicia, a la verdad , a la paz.

La indiferencia es la metástasis del miedo. Se propaga por nuestro espíritu y nuestra mente. Sus células matan nuestras creencias, nuestras emociones, nuestro valor por defender aquellas cosas que creemos justas y verdaderas.

La indiferencia es una máscara que esconde nuestro más profundo egoísmo, que justifica nuestro no compromiso con nadie ni con nada, es un droga que nos aísla del dolor propio y del ajeno, pero que nos consume y nos vacía por dentro.

La indiferencia nos hace cómplices silenciosos de las injusticias que ocurren en nuestro mundo. Vemos que banqueros y especuladores juegan ahora con el pan de los hambrientos haciendo que alimentos de primera necesidad suban de precio para engordar aún más sus nutridas cuentas en cualquier paraíso fiscal mientras que en El Cuerno de Africa mueren miles de personas diariamente por la más extrema de las hambrunas (que digo yo que quizá se llame cuerno de Africa porque nos importe precisamente eso, un cuerno). Asistimos a enfrentamientos armados en Oriente patrocinados por Estados Unidos y sus aliados con el único afán de controlar el mercado del petroleo que justifica acribillar a población civil con misiles y bombardeos. Pero todo lo justificamos bajo la palabra terrorismo islámico. Líderes religiosos imparten diariamente sermones y bendiciones, pero no lo hacen desde la sencillez y la humildad, sino desde púlpitos blindados y rodeados de una guardia pretoriana de guardaespaldas armados.

Nos hemos convertido en “Lázaros” envueltos en nuestras vendas de indiferencia despidiendo un desagradable olor a muerto. Sí muertos, porque con nuestra aceptada indiferencia hemos convertido nuestros sueños en ilusiones inalcanzables sepultadas por nuestra mediocridad y compostura, hemos asesinado nuestra libertad por una seguridad acomodada amparada en el dinero, hemos sacrificado nuestra alegría de vivir por días fotocopiados de monotonía y sinsentido, hemos dejado de ser para simplemente estar, hemos matado a nuestro actor para convertirnos en expectador pasivo que ve cómo sus días pertenecen a un guión escrito por otros.

Pero no quiero ser pesimista, aún sigo creyendo que todo puede cambiar, que podemos salir de este gran letargo, que aún queda esperanza de que podamos oír la voz que nos habla al corazón y nos dice como a Lázaro: !Sal fuera! Y podremos quitarnos nuestras vendas, esas que sobre todo nos impiden ver, nos impiden movernos...esas que nos han convertido en cadáveres de la indiferencia. Pero necesitamos que alguien o algo retire la losa que nos han puesto en el sepulcro de nuestro corazón, de nuestra mente, de nuestra alma para que podamos salir. Esa losa que se llama indiferencia y cuyo peso es el peso de nuestro miedo.

Creo que la única solución, la única esperanza que podemos tener para que todo esto cambie se llama coraje. Seguramente deberemos de encontrarlo entre los rescoldos casi apagados de nuestro corazón, tal vez sólo sea una pequeña luz pero si somos capaces de rescatarla, de avivarla, podrá renacer el auténtico ser que todos llevamos dentro y cuyo sentido y cuyo fin no es la indiferencia, sino la diferencia. Diferencia porque nuestro destino y lo único que da sentido a nuestra vida es amar y ser amados.

Por eso, a ti que está leyendo estas letras, si aún te quedan rescoldos de coraje en tu corazón, quiero retirar la pesada losa de tu indiferencia, de tu miedo y decirte !Sal fuera! Resucita como Lázaro, recupera tus sueños, deja las cosas banales y céntrate en las verdaderamente importantes., porque al final de nuestros días no nos arrepentiremos de las cosas que hicimos, sino de aquellas que dejamos de hacer.

EL CHAMAN